La curva del olvido

La idea de la curva del olvido fue desarrollada por el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus en el siglo XIX. Ebbinghaus quería entender cómo funcionaba la memoria, así que decidió memorizar listas de sílabas sin sentido, como “DAX” o “MUP”, para evitar asociaciones con palabras conocidas. Pasaba horas repitiéndolas y luego se evaluaba en distintos momentos para ver cuánto recordaba. Con estas pruebas, descubrió que olvidaba la mayor parte rápidamente, pero que si repasaba, podía recordar más tiempo. Esta dedicación y método riguroso lo llevaron a trazar la famosa curva que muestra cómo olvidamos y qué podemos hacer para evitarlo.

La curva del olvido muestra cómo la memoria pierde información con el tiempo si no se repasa. Al aprender algo nuevo, recordamos casi todo al inicio, pero la cantidad retenida disminuye rápidamente en las primeras horas o días. Con el paso del tiempo, el ritmo de olvido se hace más lento, pero sigue ocurriendo.

Por ejemplo, después de un día, podrías recordar solo el 50% de lo aprendido, y después de una semana, quizás menos del 25%. Sin embargo, si repasas la información antes de olvidarla por completo, puedes «reiniciar» el proceso y fortalecer tu memoria, reduciendo el ritmo de olvido. Este principio es la base de técnicas como la repetición espaciada, que ayuda a retener conocimientos a largo plazo.