Hoy subí a la tercera montaña más alta de Okinawa

Hoy subí a la tercera montaña más alta de Okinawa —que es diminuta, solo tiene 452 metros de altura— con Morimoto-san que acaba de cumplir 80 años y Furudate-san (58). Nos guió Morimoto-san, que utiliza esta montaña como lugar de entrenamiento. Él vive aquí en Okinawa pero viaja mucho en avión a otros lugares de Japón con el objetivo de completar las cumbres de las cien montañas más famosas de Japón. (日本百名山, nihon hyaku meizan).

Hoy, desde la cima de Katsuudake, pude divisar Ogimi en el horizonte, el pueblo de los centenarios que nos inspiró para escribir Ikigai: Los secretos de Japón para una vida larga y feliz. Me di cuenta de que ya han pasado más de 10 años desde que estuvimos allí escribiendo el primer borrador del libro. Desde entonces hemos vuelto varias veces, para saludar a los que nos conocen, sobre todo en la oficina de turismo de Ogimi, y para grabar un documental con National Geographic.

Sentí algo de tristeza al pensar que seguramente la mayoría de los ancianos a los que entrevistamos hace más de una década, quizás ya no estén aquí con nosotros. Desde la cima también pude contemplar la isla de Iheya, allí nació mi suegra y sus siete hermanos/as, que todavía viven, están sanos y parecen llevar los genes de la longevidad de este archipiélago con mucha jungla (yanbaru), mar, y montañas pequeñas.

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